atención médica

Como muchos saben, la diabetes es un padecimiento crónico, que si no se controla adecuadamente puede poner en riesgo la salud, por lo que es muy importante hacer conciencia sobre este tema. A continuación, hablaremos sobre algunas de las complicaciones más frecuentes de la diabetes.

• Ceguera

Las primeras señales son visión borrosa, posteriormente una pérdida parcial de la visión que puede derivar a ceguera.

• Falta de sensibilidad en algunas partes del cuerpo

Los pacientes con diabetes pueden experimentar falta de sensibilidad de algunos miembros. Cuando sucede en los pies, esto puede llegar a ser peligroso, ya que es cuando se desarrolla lo que se conoce como pie diabético.

• Problemas en los riñones

La diabetes puede ir causando un daño en los riñones, que va desde pequeñas infecciones hasta la pérdida de la función de estos órganos.

• Problemas del corazón

La diabetes también puede ocasionar problemas cardiovasculares, lo que pone en riesgo la salud, pues como sabemos, el corazón es el órgano más importante del cuerpo humano.

• Problemas dentales

De igual manera, este padecimiento también llega a afectar la salud bucal, por lo que es muy importante tener especial cuidado en la higiene diaria.

• Pie diabético

Como lo mencionamos en uno de los puntos anteriores, la falta de sensibilidad en algunas partes del cuerpo que ocasiona la diabetes puede dar inicio a infecciones en la piel, especialmente en las extremidades inferiores. El pie diabético es una de las complicaciones más comunes de este padecimiento.

Es esencial tener en cuenta que estas complicaciones suelen aparecer después de varios años con el padecimiento mal controlado o no controlado. Por todo esto, es indispensable cuidar y llevar un control de azúcar en la sangre, especialmente si se vive con diabetes.

El texto aquí plasmado es meramente informativo, cuando se tratan cuestiones de salud, es indispensable buscar atención médica profesional.

Muchas personas llegan a sufrir sangrados nasales desde la infancia, y aunque muchas veces estos sangrados no se encuentran relacionados con una enfermedad grave, lo mejor es saber cómo hacerles frente.

• No perder la cabeza

Muchas veces el simple hecho de ver sangre nos asusta, siempre lo relacionamos a enfermedades o situaciones de fatalidad, pero en realidad no siempre es así. Ante un sangrado proveniente de la nariz, es importante mantener la calma y recordar que la mayoría de las veces no se trata de algo grave. Guardar la cordura permite actuar correctamente y buscar alternativas para hacer frente a la situación, lo contrario sucede cuando entramos en pánico.

• Presionar la nariz

Hacer una presión leve en el área del tabique puede ayudar a parar el sangrado, por supuesto, mientras esta acción se lleva a cabo es importante respirar por la boca durante algunos minutos.

• Postura hacia delante

Algunas personas piensan que ante un sangrado nasal la mejor opción es llevar la cabeza hacia atrás, sin embargo, la mejor manera de detener este tipo de sangrado es inclinándose hacia el frente.

• No taponar la nariz

Otra acción que suele llevarse a cabo ante este tipo de episodios es colocar un algodón o papel en el orificio de la nariz por el que sale la sangre, sin embargo, esto no es del todo recomendable ya que puede dar pie a un nuevo sangrado.

• Acudir al médico

Aunque la mayoría de las veces este tipo de sangrados no se encuentran relacionados con enfermedades graves, siempre será importante la opinión médica, pues si los sangrados son frecuentes, abundantes, o vienen acompañados de otros síntomas, lo mejor es tener una opinión profesional, ya que en estos casos podría existir una causa específica que requiera de tratamiento.

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La epilepsia es una condición que afecta al cerebro al verse interrumpida la actividad normal de las células, lo que a su vez provoca convulsiones. A lo largo de este texto daremos respuesta a algunas de las dudas más comunes en torno al tema.

1. ¿El haber tenido una sola convulsión a lo largo de la vida quiere decir que se padece epilepsia?

Algunas convulsiones pueden estar relacionadas a otras causas que nada tienen que ver con una condición de epilepsia, por ejemplo, el no dormir en un tiempo considerable, bajos niveles de azúcar en la sangre, fiebre, por mencionar solo algunas. Lo que quiere decir que haber experimentado una crisis de convulsiones no quiere decir precisamente que se tenga epilepsia. De cualquier manera y ante la menor duda, lo mejor será siempre consultarlo con un especialista.

2. ¿Existe tratamiento para la epilepsia?

En la actualidad, están disponibles diferentes fármacos que los médicos recetan para que el paciente pueda controlar su condición, por supuesto, solo los médicos especialistas pueden determinar cuál es la mejor alternativa en cada caso.

3. ¿Se puede tener una vida normal después de un diagnóstico de epilepsia?

Si la condición se encuentra controlada por un médico, la mayoría de las personas que padecen esta enfermedad pueden llevar a cabo su vida sin mayores problemas, sin embargo, es importante que el círculo familiar y social de la persona conozca su condición en caso de una crisis. Una persona con epilepsia no controlada debe permanecer bajo supervisión ya que se considera vulnerable.

4. ¿Cuándo hablamos de epilepsia que significa el aura?

Se trata de diversos síntomas y sensaciones que pueden variar de persona a persona y que suceden antes de una crisis de convulsiones.

5. ¿Una mujer con epilepsia puede llevar un embarazo normal?

Las mujeres que viven con esta enfermedad pueden llevar embarazos normales, sin embargo, este tipo de embarazos, al igual que sucede cuando existen otras enfermedades, son considerados de alto riesgo y se debe tener mayor control en todo momento.

Es importante recordar que solo los especialistas en la salud pueden indicar cambios en el tratamiento y realizar recomendaciones en beneficio de la salud de sus pacientes.

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La embolia pulmonar es una condición considerada grave en la que un coágulo llega hasta los pulmones y obstruye alguna arteria, por lo que debe ser atendida a la brevedad. A continuación, mencionaremos las causas más comunes por las que esto sucede.

• Falta de movimiento

Uno de los riesgos para desarrollar embolia pulmonar es pasar algún tiempo sin moverse, en este rango podemos incluir a aquellas personas enfermas, sobre todo a quienes se encuentran hospitalizadas y que no han podido caminar o mover las piernas durante un tiempo. Cuando esto sucede, se recomienda a los pacientes hacer caminatas si su condición se lo permite, o bien, ejercitar las piernas para reducir las probabilidades de una embolia pulmonar.

• Pacientes con marcapasos o catéter

También tienen este riesgo quienes viven con un marcapasos o catéter debido a ciertas condiciones médicas, ya sea que se encuentren o no hospitalizados.

• Razones desconocidas

En algunos casos puede ser que no exista una causa evidente que esté provocando la embolia pulmonar.

• Problemas de coagulación

Otro factor de riesgo de la embolia pulmonar es tener una coagulación deficiente, por lo que es importante controlar esta condición para prevenir este tipo de complicaciones.

Como lo mencionamos en un principio, la embolia pulmonar se considera una urgencia, por lo que ante síntomas como tos persistente, dificultad para respirar y dolor en el pecho es importante buscar atención médica inmediata para evitar complicaciones.

El texto aquí plasmado es meramente informativo, cuando se tratan cuestiones de salud, es indispensable buscar atención médica profesional.

Aunque la extirpación del apéndice es considerada una cirugía sencilla y común, la realidad es que sigue siendo un procedimiento quirúrgico realizado en un quirófano, situación por la que la mayoría preferiría no pasar.

Lo cierto es que casi siempre, esta afección toma a las personas por sorpresa y las deja sin más alternativa que una operación que solucione el problema. Si bien en algunos casos la apendicitis puede ser inminente, también es real que existen algunas acciones y cambios que pueden llevarse a cabo para prevenir las probabilidades de desarrollar esta enfermedad.

• Alimentación saludable

Mantener una alimentación saludable y equilibrada, puede ayudar a prevenir no solo apendicitis, sino muchos otros problemas del aparato digestivo y padecimientos como la obesidad.

• Evitar el estrés

El estrés constante también puede ser dañino para la salud, ya que es causante de muchos males y enfermedades, inclusive puede llegar a intervenir con la calidad de vida de las personas, lo mejor es aprender a tomarse las cosas con calma, recordemos que siempre habrá pendientes y cosas por hacer.

• Dormir bien

Cuando dormimos nuestro cuerpo se regenera y recupera del cansancio de las actividades que se llevaron a cabo en el día. Un buen descanso es esencial para prevenir diferentes tipos de enfermedades y por supuesto, para rendir en el día a día.

Aunque siempre será mejor prevenir que curar, no siempre es posible, por eso, es importante tener en cuenta los síntomas de esta afección que es considerada una emergencia médica con el fin de evitar complicaciones en los pacientes. Los síntomas más comunes de apendicitis son: dolor en la parte inferior derecha del estómago, es importante tener en cuenta que este dolor puede empezar cerca del ombligo, fiebre, vómitos, náuseas, malestar general, entre otros.

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Todos hemos padecido dolor de cuello en algunos momentos de la vida, y aunque la molestia suele desaparecer al cabo de unos días, es normal tener curiosidad sobre la causa específica de este dolor.

Si bien la mayoría de las veces este tipo de dolencia no se encuentra relacionado con enfermedades o afecciones serias, existen causas que lo provocan, de las cuales hablaremos a continuación.

• Mala posición al dormir

Es muy común que este tipo de molestia se experimente al levantarse, lo que la mayoría de las veces indica que la posición al dormir pudo haber sido la causante, provocando espasmos musculares en la región del cuello a lo largo de uno o varios días. También pueden adoptarse malas posiciones al realizar otro tipo de actividades, por ejemplo al pasar muchas horas frente a los dispositivos móviles.

• Dolor que desencadenan otras enfermedades

En algunos casos, el dolor que puede experimentarse en el cuello o en cualquier parte del cuerpo, puede estar relacionado con otras enfermedades, por ello, cuando estas molestias no desaparecen al cabo de unos días, es importante buscar atención médica con el objetivo de encontrar la causa del problema y recibir el tratamiento adecuado.

• Esfuerzo o lesión

A veces los dolores tienen una causa concreta, esto quiere decir que vinieron luego de una caída o esfuerzo importante.

• Estrés

Como sabemos, el estrés y la ansiedad pueden provocar una gran cantidad de síntomas y variar de persona a persona. Un dolor de cuello también podría estar relacionado con estos males.

• Dolor de hueso

Aunque la mayoría de veces el dolor de cuello tiene que ver más con una cuestión muscular, en ocasiones los huesos podrían llegar a ser la raíz del problema, lo que requiere una atención médica oportuna.

En cualquiera de los casos mencionados anteriormente, es importante que si la molestia no evoluciona para bien a partir de la primera vez que se experimentó el dolor, lo mejor es acudir con un médico que pueda determinar la causa real del dolor.

El texto aquí plasmado es meramente informativo, cuando se tratan cuestiones de salud, es indispensable buscar atención médica profesional.