Comer es una manera de suprimir o calmar el enojo, la ansiedad, el aburrimiento, la tristeza y la soledad. Para mantener el ánimo lejos de la comida, sigue estos consejos:
Aprende a reconocer el hambre verdadera.
Si apenas comiste y tu estómago no hace ruido, probablemente no tengas hambre. Tómate unos minutos para que pase el antojo.
Conoce sus factores desencadenantes.
Durante varios días, escribe lo que comes, cuánto comes y cuándo lo haces, cómo te sientes y qué tan hambriento estás. Después de un tiempo, verás cuáles son tus hábitos negativos y los factores desencadenantes que debes evitar.
Busca consuelo en otra parte.
Cuando sientas que mereces esa barra de chocolate, ve a caminar o llama a un amigo.
Come bien.
Si no estás obteniendo suficientes calorías para satisfacer tus necesidades de energía, puedes tener mayores probabilidades de caer en la comida emocional.