Cuando hablamos de presión arterial, siempre están presentes dos medidas importantes, la presión diastólica y la presión sistólica. En esta ocasión, hablaremos de las diferencias que existen entre ellas y de la importancia de que ambas se mantengan dentro de los parámetros normales.
Presión diastólica
Es la presión que lleva a cabo el corazón cada vez que se relaja para llenarse nuevamente de sangre.
Presión sistólica
Se trata de la presión que hace la sangre en las paredes de los vasos cada vez que se contrae el corazón.
Como podemos ver, cada una de estas presiones tiene trabajos distintos, y por lo tanto, ambas son igual de importantes, por eso mismo, es indispensable que se mantengan dentro de los parámetros normales, de lo contrario, podría tratarse de una hipertensión.
La hipertensión es un padecimiento que sufren miles de personas en el mundo, de los cuales, la gran mayoría no se encuentran controlados, y en algunos casos, ni siquiera saben de su condición.
Se dice que puede existir hipertensión, cuando la presión sistólica supera 140 y la diastólica está por encima de 90.
Como ya lo hemos comentado en otros artículos en relación a este tema, en la gran mayoría de los casos, la hipertensión no causa síntomas a menos que la cifras sean demasiado elevadas, y por lo tanto, peligrosas. Por ello, es indispensable checarse la presión regularmente, al menos una o dos veces al año si sus cifras son siempre normales, y llevar un control médico adecuado si en algún momento son diagnosticados con hipertensión arterial.
Llevar un control médico correcto puede evitar complicaciones graves que este padecimiento ocasiona.
La información aquí plasmada, es meramente informativa, cuando se tratan cuestiones de salud, es indispensable buscar atención médica profesional.